En alguna ocasión aparecen cosas que me recuerdan por qué debo irme. Y ya no sé si me quiero ir por necesidad, para hincharme a darme de hostias y espabilar o para huir de lo que no me gusta.
De un tiempo a esta parte, aunque creo que es desde hace ya bastante, veo que pasan días malos dónde la única persona que me hace daño soy yo misma. Y eso tiene que cambiar...