"Llegado el momento por fin encontré mi paz interior. Vi en el cielo las alegóricas nubes que me recordaban objetos y animales, atravesadas por doquier por finas briznas de vapor dejado por fugaces aeronaves, que, en majestuosa composición liberaban de mí una creatividad por mucho tiempo dormida"

viernes, 16 de marzo de 2012

:: PARARÉ EL MUNDO ::

"- Lo importante es que durante tres noches pararemos el mundo.
- ¿Pararemos el mundo?
- ¿Nunca has parado el mundo?- Parar el mundo es decidir conscientemente que vas a salir de él para mejorarte y mejorarlo. Para poder moverte y moverlo mejor. En ese tiempo debes intentar que nadie ni nada te cree problemas. Alimentarte de buena literatura, de buen cine y, sobre todo, de la conversación de una única persona que te inspire en este mundo."

Me saltaré el último paso y, en vez de ser tres noches, serán tres días. Cruzamos los dedos, comienzo a parar el mundo, sola.

domingo, 26 de febrero de 2012

:: NADA SERÁ IGUAL ::

Y poco a poco te vas dando cuenta de la situación, de que el tiempo pasa... Que nada será igual pero que, en parte, sigues siendo la misma. Y esto mientras todo a tu alrededor cambia.

jueves, 23 de febrero de 2012

sábado, 4 de febrero de 2012

:: LO QUIERO TODO ::

Agárrate a la cola del viento, que no se escape el tiempo.

Lo quiero todo. Aprender del pozo profundo de los años, que no pasaremos de aprendices.
Entender que tantas cosas no se pueden tener, que tantas otras no hacen falta.
 

viernes, 13 de enero de 2012

:: LE ENTRARON GANAS DE VOLAR ::



El autobus hizo una parada en el aeropuerto y, en ese instante, comenzó a recordar. Había estado pocas veces recorriendo esos pasillos infinitos, viendo sus puertas, cada una se dirigía a un sueño, a una experiencia... Y al recordarlo le entraron ganas de volar.

sábado, 31 de diciembre de 2011

:: GRACIAS 2011. BIENVENIDO 2012 ::

Querido 2011, mil gracias por los grandes momentos que me has hecho pasar, por la gente nueva que ha entrado en mi vida ¡es maravillosa! Y gracias por conservar en mi corazón y en mi día a día a la gente que me rodea. También te agradezco los malos momentos, puedo aprender tantas cosas gracias a ellos....
Dile al nuevo año que llega que se porte bien. Que me regale tantos o más buenos momentos como me has dado tú. Que cuide de los míos, que les regale a cada uno un gran sonrisa todos los días. Y que me cuide, que me de fuerza para superar cada bache que me encuentre en el camino.
Gracias 201. Bienvenido 2012.
 

lunes, 21 de noviembre de 2011

:: CÓMO PASA EL TIEMPO... ::

Esto lo escribí hace hoy un año. Mi día hacia tierras irlandesas, donde comenzaba mi aventura y, aunque fue breve, así lo siento, como una aventura, como algo que jamás olvidaré.
Llevo varios días durmiendo lo mínimo, y no por gusto precisamente… Bueno, tal vez un poco. Después de una semana sin parar por casa, quedando con los amigos para despedirme, cenas y comidas familiares, comprando las cosillas necesarias en un primer momento y vaguenado el resto. Claro, que si salía lo hacía en condiciones: volviendo bien tarde a casa; si además tenemos en cuenta que mis vecinos no son precisamente los más tolerables con los demás y que se pasan el día vociferando y poniendo la música extremadamente alta de tal forma que medio barrio pueda “disfrutar” de ella, las horas de sueño se aminoran.Esta vez mi desorden con las horas de sueño era otro. Se me acabaron los días. Empezaba mi aventura. Por mucho sueño acumulado que pudiera tener me era imposible siquiera cerrar los ojos.
Y suena el despertador. Hoy va a ser un día duro. Miro a mi alrededor, ¡qué desastre! La maleta aún está abierta para guardar las útimas cosas. ¡Qué de cosas quisiera llevar conmigo! Voy a la ducha, intento relajarme: asoman las primeras lágrimas, pero lucho para que no salgan. Obedecen. Corriendo me arreglo. Guardo las últimas cosas. Me subo encima de la maleta para poder cerrarla. Por fin lo consigo. Mis padres esperan para ir al aeropuerto. Me pongo el abrigo, agarro la maleta, miro a mi alrededor intentando quedarme con un recuerdo, como intentando capturar una imagen de mi cuarto. Y respiro.
Camino al aeropuerto vuelvo a luchar contra mis lágrimas. No quiero que me vean llorar. No quiero que lloren. No quiero que se preocupen. Abro bien los ojos y resoplo hacia ellos intetando secar cualquier prueba de posible tormenta. Después les observo. Parecen tranquilos, pero yo sé que no es así. Es algo normal, ¿no?
Y entramos en el aeropuerto. Mi hermana se hace con todo. Bromeamos un poco y planeamos una posible visita, la cuál espero que se haga pronto. Consigo facturar. Un trabajador de Iberia me bautiza como “la chica de Dublín”. Como nos sobra tiempo decidimos pasear por el aeropuerto. Miro el reloj: ya es la hora. Me cargo al hombro el equipaje de mano. Me despido. Otra lucha contra mis lágrimas, ya no sé cuántas llevo. Me despido de una forma un poco fría. No es que no quisiera dar un abrazo en condiciones o un gran achuchón a los míos, solo que sabía que si así lo hacía habría perdido otra de mis batallas anti lágrimas. Cual programa de lluvia de estrellas entro por una puertecita, pero no vuelvo a salir. Ellos están fuera y yo dentro.
Típico estrés a la hora de pasar por el arco. Prueba superada. Busco mi puerta de embarque. Puerta localizada. Otro intento de relajarme fallido. Nadie me ve. Caen mis primeras lágrimas, pero pronto corto el grifo. No es momento de llorar, ¿o sí? Abren tarde las puertas, entro, cojo aire, localizo mi asiento. Y pienso. La cantidad de veces que he soñado con esto…
Durante todo el vuelo nos acompaña un sol radiante y a mí, además, un buen puñado de nervios. Intento prepararme frases para cuando llegue.
Llegada a Dublín. Localizo la salida. Me hablan en español (¿tengo cara de española? Jajaja). Una mujer que iba a visitar a su hija, que se vino a Irlanda y ya se ha quedado. Salimos y la mujer localiza a su hija, quien me ayuda a preguntar hacia dónde tenía que tirar y el bus que tenía que coger (¡qué maja!). Localizo el bus. Tengo hambre pero soy incapaz de comer nada. Subo al autobús con problemas, ¡lo que pesa la maleta! Primer gento amable irlandés: un hombre me sube la maleta al autobús. Se pone en marcha. No sé dónde me tengo que bajar, verás como se me pase por no preguntar… Intento de emisión de sonidos fallida. Al último intento una chica me lee el pensamiento y me indica dónde estamos. Llego a la estación de tren. Consigo escupir unas palabras: ticket, Cork (parezco de una tribu india…). Suelto la maleta e intento relajarme, me esperan casi tres horas de viaje. Como algo que tenía a mano y miro el paisaje (precioso), pero por poco tiempo, ya que en seguida anochece. Perfecto, ahora tampoco sabré dónde me tengo que bajar… Cuando llevamos dos horas de camino decido preguntar, la chica me dice que ella se baja en la misma estación, ¡genial!
Llegada a Cork. Cojo el móvil y marco el número al que tengo que llamar para que alguien me espere en el apartamento y me de las llaves. Primeras frases hechas en inglés :D ¡Me han entendido! ¡Y yo a la mujer también! (Yujuuuuuu). Me dispongo a coger un taxi para que me lleve al apartamento. Le digo dónde quiero ir, no me entiende. Se lo vuelvo a repetir, nada. Cojonudo. Decido escribírselo. Ni idea de dónd está. Saca el GPS. Empieza a hablarme: que si de dónde eres, a qué has venido…. Intento fallido de mantener una conversación. Se pierde y se sube el algún que otro bordillo. Estupendo… Por fin llegamos. “¡Buena suerte!” Gracias ;)
Llega Margaret (así se llama la encargada de los apartamentos). Vale, ahora habla más deprisa y no entiendo nada. ¿Sonrio? No, se ha dado cuenta que no la entiendo, jajajaja. Habla más despacio, pero parece que se me han taponado los oídos. Llegamos al piso. Conozco a mi primera compañera:  Karstin (creo que nadie sabe cómo se escribe ni cómo se dice, solo ella…jajajaja), alemana, parece maja, pero habla super deprisa. La sonrio. Tartamudeo en inglés. Se ofrece a levantarse mañana antes para enseñarme dónde queda la escuela, ¡qué maja! Cuando no sabemos qué decir, decido ir ami cuarto y desacer la maleta mientras que ceno un par de sandwiches de embutido del  Mercadona. No tengo internet. Miro el reloj, sólo son las 10. Me voy a dormir junto a mi nueva mascota, Corky, que ha sido un día muy largo…
 Cuántas veces habré oído aquello de: “No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”. Y, efectivamente, hasta que no te separas por “x” razones de lo que tienes cerca, de las cosas que forman tu día a día, tu vida, no sabes cuánta falta te hacen (puede sonar egoísta, pero no es así), de cuánto quieres lo que tienes: tanto personas como cosas.
Y cuántas veces a lo largo del día de hoy me habré preguntando: ¿Qué hago aquí? ¿Por qué dejo mi hogar? Ni yo sé contestar. La verdad es que es un sentimiento raro. Siempre he querido ver cosas nuevas, vivir nuevas experiencias, ¿por qué este tipo de cosas vienen a mi mente? Tal vez porque siempre me ha dado miedo lo desconocido. Por que siempre había un equilibrio entre miedo y ganas de. Por que, tal vez hasta ahora, las cosas que había deseado eran asequibles, las tenía a mano o siempre alguien me había acompañado, de esa forma, mi miedo desaparecía. Pero esta vez  mi miedo a enfrentarme al mundo se venía de viaje conmigo.
Porque gracias a esto he perdido miedos que tenía. Porque cada vez que tenga miedo me acordaré de esto y el miedo se convertirá en humo.

domingo, 30 de octubre de 2011

:: ¡NO QUERÍA NI PENSARLO! ::

Estaba muy asustada. Nunca había sido celosa con él. Nunca me había importado con quién hablaba, a quién seducía, a quién se llevaba a casa y le quitaba la ropa…
Volvió a invadirme un miedo atroz. Él llevaba mucho tiempo sin salir con nadie, y esa situación no podía prolongarse mucho más. Tarde o temprano, encontraría alguna chica. Pero si empezaba a salir con alguien, ¿qué sería de mí?
¿Qué está pasando? Me estaba comportando como si tuviera celos, como sí… como sí… como si me gustara. ¡No! ¡No quería ni pensarlo! ¡No debía ni pensarlo!

domingo, 23 de octubre de 2011

:: LOS DOMINGOS ::

Odio los domingos. Los aborrezco y los detesto. No hay nada que hacer. Y si estás soltera, aburrirte.
Todo el mundo sabe que, si tienes un amante, los domingos son lo más distinto que puede haber. Las parejas reservan los domingos para la gozosa intimidad. Las odio a todas.
Apuesto a que ahora mismo están en algún café, tomadas de la mano bajo los periódicos, resplandecientes de felicidad después de su pausado polvo matinal. O están paseando por ahí en sus automóviles descapotables, riéndose juntos con expresión relajada. O, peor todavía, están en el campo, pegándose una buena juerga con otra pareja de amigos, o están tumbados en el sofá viendo unos vídeos juntos. Y apuesto a que todos ellos dan todas estas cosas por descontadas. Hijos de puta.

miércoles, 19 de octubre de 2011

:: SIEMPRE HAY UN "PERO" ::

Y siempre aparecen los miedos, las inseguridades, los remordimientos, las dudas. Y si no están, siempre hay algo, una palabra, un acto o alguien que te los recuerda y vuelve a ponerlos ante tí. Directa o indirectamente. Y en ese instante ya no puedes escapar. Ya están ahí y, de nuevo, tienes que enfrentarte a ellos.

Hoy han vuelto a florecer los mios. En concreto uno o, tal vez, sean varios que se agrupan en uno. En un único momento, en un único error, en una única decisión.

Se te presenta un dilema. Tu vida va bien pero algo se te cruza. Y no necesariamente para mal. Y te toca decidir. ¿Incluyes eso en tu vida con lo que ello conlleva? Salirte del esquema inicial que funciona bien. ¿O decides que todo está bien y que no quieres en ese momento ese "complemento"? No arriesgas. Lo piensas cuidadosamente.
En muchas ocasiones tu vida puede ir bien pero, tal vez, ese "complemento" sea la última vez que se te presente en el camino. Tomas la decisión. Y al poco tiempo ves el resultado: FALLAS.

El resultado no es el esperado. Has arriesgado, no se te ha valorado por ello y pierdes grandes cosas que estaban llegando a tu vida.
Te lamentas. Te odias. Te reprochas la decisión que has tomado.Sabes que tú has elegido, que nadie te ha obligado a nada pero, aún así, buscas culpables. Necesitas culpar a alguien. Esto no se puede quedar así, ¿no? Y esto pasa de forma inmediata.

Al tiempo de lo ocurrido se te pueden ir abriendo un poco más los ojos. Piensas que fue tu decisión, sólo tu decisión y que decidiste arriesgar. Aprendes o, al menos, lo intentas. Miras el lado positivo, aprender ya es algo positivo. Afrontas la nueva situación e intentas no idealizar el "qué hubiera pasado sí...".
Pero, siempre hay un pero, no puedes evitar el mirar atrás y sentirte mal, con una espinita, con un pequeño vacío y, de nuevo, buscando a alguien a quien culpar. Y lo encuentras. Y le odias. Y sabes que, para que se cierre este capítulo, necesitas creerte tus palabras, necesitas perdonar a esa persona.

Y te preguntas constantemente si algún día asumirás que fue tu decisión y si dejarás de buscar culpables y ver sólo el lado bueno y el posterior aprendizaje.