Si, estoy buscando mi cabrona interior. Porque todos y cada uno de nosotros tenemos un cabrón dentro. Es esa parte de cada uno que está segura de sí misma, es inconformista. Dice que merecemos algo más, es poderosa, valiente y no se deja pisotear. Se deja notar cuando cree conveniente sin ningún miedo y nunca pide disculpas por su forma de actuar. Se trata de una actitud permanente de autoestima y valoración de uno mismo.
Se podría decir que hay varios grupos:
El primero de ellos lo compondrían las personas que son cabronas de nacimiento, nacieron para joder al personal o visto de otra forma, saben defenderse y mirar por ellas y por sus intereses. No se dejan tomar el pelo, saben lo que quieren y lo demuestran.
El segundo grupo lo formarían personas estúpidas, o visto desde otro punto de vista, personas que no saben decir que no. Siempre se preocupan del “qué dirán”, son personas inseguras a quienes no les gusta hacer daño y por eso se llevan todas las patadas. Les gusta que reine la armonía y, por ello, son capaces de no quejarse con tal de no discutir. Son personas con un cabrón interior pero no lo saben, y lo que tampoco saben es que sacarlo de vez en cuando no es malo.
Yo formo parte del segundo grupo. Sé que tengo una cabrona interior y necesito sacarla, ¿Cómo? Creo, si no me equivoco, que defendiendo mis intereses. Si no me gusta algo, lo diré. Si no me gusta la actitud que pueda tener una persona conmigo, lo diré (te vas a reír de otra, pero no de mí).
Lo necesito para salir de esa necesidad de complacer a todo el mundo y actuar en todo momento de manera correcta (o no actuar) , porque esa forma de actuar no me va a hacer feliz.
Pues eso, a partir de ahora esa será mi misión. Prometo no perder las formas y que será todo con educación.
6 comentarios:
Me parece (aunque seguramente seas consciente) que simplificas demasiado dividiendo a las personas en dos grupos. Yo, en todo caso, dividiría al menos en tres:
- Los que tratan de pasar por encima de los demás
- Los que defienden lo suyo
- Los que se dejan avasallar
Sin embargo, creo que el problema radica en clasificar a las personas en vez de a sus actos: cada uno actúa de una manera según las circunstancias. Es importante este matiz porque constituye una gran diferencia entre "cambiarte a ti misma" y "cambiar tu actitud".
Si siempre cedes tú, los demás no valorarán cuando lo hagan y, lo que es más importante, no te valorarán a ti. El hecho de evitar picos de tensión sólo te llevará a un valle del que no podrás salir.
Intenta agradar a todo el mundo y no agradarás a nadie
Pues me parece muy bien que no quiero dejarte pisar. En esta vida es necesario ser cabrón/a algunas veces para sobrevivir. Y a veces incluso no está mal del todo perder un poquito las formas.
Zascandil, totalmenmte de acuerdo contigo. Se que he simplificado demasiado al hacer los grupos ;)
Respecto a lo de clasificar a las personas y no los actos, no creo que siempre sea así. Supongo que dependerá de la persona, creo que hay de todo.
Gracias Pitu ;)
Clasificar a las personas en vez de sus actos es una manera burda de auto-disculparnos de todos nuestros errores: "Es que yo soy así"
Y una mierda eres así. Tú eres así porque tú quieres serlo. No hay más. No existe ninguna fuerza exterior que te impida hacer lo que quieres hacer.
Tampoco hay que engañarse y creer que es fácil cambiar nuestro comportamiento. Nadie dijo que sería sencillo. Claro, es más fácil lamentarse de uno mismo.
Me resulta inmundo utilizar el "yo soy así" o que el destino está escrito, como hacen otros, para justificar nuestros actos. Asumamos un poco de responsabilidad, señores.
Me das miedo :( :P
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