"Llegado el momento por fin encontré mi paz interior. Vi en el cielo las alegóricas nubes que me recordaban objetos y animales, atravesadas por doquier por finas briznas de vapor dejado por fugaces aeronaves, que, en majestuosa composición liberaban de mí una creatividad por mucho tiempo dormida"

sábado, 27 de junio de 2009

:: PENSAMIENTOS EN UNA TARDE DE VERANO ::


Estaba tranquila, pero a la vez pensativa. El tímido aire en esa tarde de un recien llegado verano rozaba su piel. Se metió en su burbuja, se aisló a pesar de estar acompañada. Siempre solía hacerlo. Se asomó a la terracita para ver las vistas, ¡eran impresionantes! Se podia ver la ciudad y se distinguian los edificios más altos. Se respiraba tranquilidad, una tranquilidad que le hacia sentirse bien aunque no pudo evitar el pensar y darle vueltas a las cosas. También lo hacía muy a menudo.

Pensó en los próximos meses, ¿qué hacer? Tenía unas ganas inmensas de salir del país, de descubrir cosas nuevas, y de descubrirse a sí misma. Era todo un reto, lo sabía, pero también sabía que si no lo llevaba a cabo su vida estaría estancada. Había llegado el momento de mover los hilos. Era "ahora o nunca". Se preguntaba qué destino elegir. El norte de Europa le resultaba atractivo, pero...¿aguantaría tan pocas horas de luz? ¿Tantos días grises bañados de lluvia? ¿Frío de hasta 20º bajo cero? No paraba de cuestionarse lo que estaba haciendo. "Se la está yendo la cabeza" decían algunos. "¿Te pasa algo?" Preguntaban otros ante su decisión. Eso no la desanimaba, pero sí hacian que se cuestionara si estaba haciendo bien o estaba inmersa en una locura.

Y luego.... Luego estaba él. Se comportaba como si nada hubiese ocurrido, de forma normal. Como si la pequeña historia que vivieron juntos hubiese sido como una especie de paréntesis en una dimensión o universo paralelo. No lo entendía. Ella no podía comportarse así. Era extraño y a la vez le resultaba incómodo. Sabía que él lo hacía con buena intención, pero no le gustaba su comportamiento. En ese momento ella se dió cuenta de que necesitaba "descansar de él". No verle durante un tiempo, ya que verle le estaba haciendo más daño, pero...¿cómo hacerlo? Amigos en común, tardes de verano sin impedimemtos de exámenes, trabajos y demás para poder compartir con los amigos, él incluido. Quería escapar y no sabía como. Aún no sabe como....

3 comentarios:

Xina dijo...

Lo descubrirás! :D

Anónimo dijo...

No escapes, no huyas... simplemente tómate un tiempo, un kit-kat como suele decirse. El tiempo cura las heridas? No sé si eso es del todo cierto, mi experiencia me ha dicho que a veces solo se cubren con una gruesa venda, pero cuando se vuelve a la normalidad, salen de nuevo a la luz y, en ocasiones, mucho más profundas de lo que lo eran en un principio.

Si tienes que irte, hazlo. Pero no pretendas que el mundo siga su camino y que cuando tú vuelvas todo se haya olvidado. Hay que enfrentarse a las cosas, y si al final consigues irte, que sea para reflexionar y poder enfrentarte a ello a la vuelta, pero no para olvidarlo.

Oli dijo...

No estoy del todo de acuerdo con Anónimo. Como dice Ismael Serrano, "los viajes que trajeron a otros vistiendo nuestros cuerpos", dan una perspectiva distinta al volver a enfrentarse a los problemas que dejamos atrás. Y es tal el cambio que podemos experimentar que a veces, esos problemas simplemente han desaparecido.


OLI I7O